No siempre es fácil romper la vinculación, aun cuando sea a un maltratador. Lo
saben bien algunas mujeres que por temor a qué acontecerá con sus hijos, aceptación
de un riesgo vital percibido, dependencia económica, y/o indefensión aprendida no
ponen fin a una relación deteriorada e inaceptable.
Y junto a ello los varones maltratadores a su vez se resisten con frecuencia a dar
por concluida una relación que pasó del afecto y el placer, con expectativas altas de
futuro en un proyecto de vida compartido, a una decepción y frustración al quebrarse
esas perspectivas, que no solo generan ira, odio y resentimiento, ...